sábado, 5 de diciembre de 2015

POEMA VI

                                                           


A bastedad de piel

Te amo con el viento,
Con tu sonrisa, Como el viento susurra tu nombre,
 Este muelle mora tu llama inmortal,
Reposa el ancla, esperando en el hastío,
Suena en el bravío  del viento, como los silvestres.
Aquí te amo y este puerto baldío tirita tu nombre.
Se dibuja el danzar tú figura, con tú vaivén que se desliza en el viento,
 En los  sauces  lúgubres  se oculta el horizonte,
Y en vano   se oculta el ocaso,
Y mi fe  te nombra, amo lo que no tengo, como la flor silvestre espera el alba.
En la fosforescencia nauseabunda  de la   noche oscura,
Mis versos se deslizan como el olor a Jazmín,
A veces me miro en tu pupila, veo como en vano se desliza la llama inmortal. 

domingo, 23 de agosto de 2015

POEMA VI

Al ALBA MORTAL Quiero sucumbir ante la necedad del alma, ante la fría mañana; Sucumbir por ejemplo ante la ignominia de la oscura necedad Ante la precaria ansiedad Ante el absorto de la realidad. Ni sentir por ejemplo el frío Que atraviesa los huesos humeantes; El alba pulsante de tus ojos en mis pupilas que congelan la piel. Como aquella tempestad de tú olvido...

POEMA V

AL ESPEJO A veces me miro hacia el espejo, adentrándose tu figura desvaneciéndose El alba pulsante en mis pupilas se convierte en el ojo agudo de tu ausencia. Mi alma te busca pero no estás conmigo. Sentir tu olvido como las olas que se alejan del mar. "Miro cómo te vas adentrando en la niebla y empiezo a recordarte" Este puerto baldío y lejano tiritan tu presencia, sólo tú eres dueño de éste. Sentir que alma se aniquila ¿podré ausentarme hasta el momento que tú lo decidas?. ¡Dime cuan alma ausente podrás ser obra y fecunda! ¡Oh hallaré otro puerto donde mi alma no perecerá!

lunes, 17 de agosto de 2015

CARTA DE AGRADECIMIENTO

Bogotá D.C 10 de agosto de 2015 Apreciado Doctor: Gustavo Francisco Petro Urrego La utopía de la conciencia social nos revela, una marcada tendencia de irracionalismo. Puede que en realizad nos revela la aniquilación de nuestros pensamientos. Sin embargo agradezco por presentarme una Colombia lejos de las barbaries de la anarquía, de la usurpación del poder; por permitirme creer en el concepto el llamado mal de la democracia. Sólo tengo palabras de agradecimiento, por ser el modelo a seguir por creer en los principios de lealtad, fraternidad, por los oprimidos de esta sociedad, por los principios fundamentales emanados de la constitución política de Colombia. Por no sucumbir ante la necedad del alma, ante la ignominia de la oscura realidad, por la lucha de igualdades como una pasión exorbitante humanizadora. Por no sucumbir ante la precaria ansiedad y ante el absorto de la realidad. Comprometido siempre a fondo por la igualdad de derechos, por una Colombia equitativa contrario a los grandes sediciosos políticos de la izquierda que definitivamente en Colombia dejaron a un lado el entusiasmo para unirse a las filas de los trabajadores comunes y corrientes; quienes dedicaron su vida a un ideal político que los transformó. Sin duda alguna crecimos con el estigma de la estupidez innata que todo aquel que piense distinto a las grandes élites somos discriminados y odiados por las demás masas del entorno social; reducido en el campo del comunismo. Es decir, esta conducta está sujeta a la opinión pública. ¡Si aquellos intelectuales lagrimean al ver sus esfuerzos inútiles sobre los problemas del país! ahora están sujetos en el espectro de la burocracia colombiana que se aniquilan en el más degradante y precario de la corrupción. Porque en ocasiones el poder se torna odioso y a veces estamos cansados de tanta corrupción, anti democracia, terrorismo, abuso del poder, salarios mínimos que no alcanzan pero si hay dinero para la guerra. Paulatinamente se suele pensar así; pero la gente aún no ha tomado conciencia de la estirpe que ha dejado con sus manos manchadas y que ahora están en el gobierno y se las dan de dignos. Agradezco infinitamente por no perecer ante la necedad de la degradación humana. Gracias por no convertir la pobreza intelectual en un temor permanente, cómo lo hacen los llamados falsos “sabios” Por eso viven en pánico confunden el poder con la avaricia y en consecuencia se pasan persiguiendo a los caudillos de la democracia... Sólo pido qué jamás dejará de luchar como hasta el momento lo ha realizado. Siempre lo he admirado por su elocuencia, por el talante, por su discurso vehemente y por su perseverancia ante esta sociedad como lo dijo en su momento Policarpa: “¡Pueblo indolente Cuan diversa sería hoy vuestra suerte, si conocieseis el precio de la libertad! ¡Ved que aunque mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más!” Gracias, Petro. Gracias.., Cordialmente, Diana Lugo